La fiesta de San Juan ya se deja sentir con sus vientos fríos a comienzos de Junio. La neblina cubre al pueblo por las mañanas y los vientos de San Juan invitan a los muchachos a hacer volar sus cometas.
Los puntos multicolores que se divisan en el cielo van dando alegría y calor a todo el pueblo.
El leve frío pasa desapercibido ante la cercanía de la fiesta más popular de la región.
La fiesta de San Juan se celebra el 25 de Junio.
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Cada familia ya tiene destinadas las gallinas, patos y pavos que sacrificará en la víspera. Los adolescentes, jóvenes y adultos formalizan grupos y buscan puntos de encuentro en Tangomí y luego al paseo campestre.
Los tercios de leña de chambira, combustible preferido por las anfitrionas, están listos para atizar el fuego de la tullpa.
El huira bijao se encuentra en rollos esperando que la especialista en hacer los juanes los acondicione para envolver el contenido del rico potaje característico de esta fiesta. Con traer la leña y el bijao, los hombres cumplieron sus tareas y a las mujeres les espera el arduo trabajo de preparar los potajes para los días festivos. |
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Los estudiantes dejan de ir a las escuelas el 23 y con sus padres van a la chacra a traer bijao; las niñas tampoco asisten a sus clases y ayudan a sus madres a preparar el juane, la chicha, mistela y todo lo que requiere el quehacer de la cocina en esta fecha.
Repican las campanas y todo el mundo sabe de qué se trata !ha llegado el cura!, ¡ha llegado el cura!, son los comentario en las casas.
Inmediatamente son deshojados y puestos sobre la mesa los “arpajuane” para luego estar en la iglesia y escuchar la misa a las siete de la noche.
Los jóvenes, por lo general, daban vueltas en la plaza y de aquí se dirigían a algún lugar donde podían consumir mistela, aguardiente, chuchuhuasi, uvachado, rompe calzón (RC) o cerveza, según los gustos.
Al clarear el día los Soritorinos van al río Tangomí a recibir la bendición de San Juan. |
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Más tarde, en grupos organizaban excursiones hacia el río Tonchima y Ochque. Los juanes y bebidas no faltan.
Nuevamente a bailar y de rato en rato a zambullirse en el río. Antes, no se organizaban fiestas en el pueblo, todo era en el campo y la gente se divertía |
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hasta que el sol dejaba de brillar o el frío y el cansancio reemplazan al júbilo y alegría. |
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